22 abril 2006

Aviso a navegantes

Hasta ahora me negaba a creerlo. Nunca lo reconocí, ni lo acepté. Nací convencida de que eran los demás, nunca yo. Pero por fin me han abierto los ojos. Quizás no me conozcas de nada o me hayas visto tan sólo un par de veces. Por eso no me conoces. No sabes como soy. Pero no te preocupes porque yo tampoco lo sabía.
Soy una pija (por supuesto) odiosa malcriada niña de papá, que se cree más que los demás. De hecho tengo el ala subida, miro a la gente con desprecio y siempre por encima del hombro. Lo cual no quita para que sea una completa envidiosa que, además, no sabe compartir. Mala por naturaleza, absorbo por completo a mis amigos para después recogijarme al ver como los dejo de lado y solos cuando menos se lo esperan. Soy caprichosa, borde y mal educada. Nunca sé lo que quiero, lo cual no me impide joder al prójimo a la hora de conseguir algo que no sé si servirá para algo. Me quejo por todo cuando no tengo motivos, ya que mi trabajo no agota ni física ni mentalmente, y tampoco hago ningún otro esfuerzo que sea motivo de protesta. No te equivoques, ni soy inocente ni nunca bromeo: mis frases son siempre puñales y un aparente gesto de apoyo no es más que un clavo ardiendo. Evita mis favores, porque, a la larga, los acabaré cobrando, y al doble de su valor. Soy incapaz de querer a nadie y, menos, a mí misma, y todo, a pesar de mi egocentrismo. Mentirosa compulsiva, sé hacerme bien la loca, y puedo engañarte sin que tú atisbes la menor sombra de duda.
Y es que ya son 23 (tirando ya para 24) los años que llevo dedicándome a ser la PEOR PERSONA DEL MUNDO.
Ahora ya no os podeis quejar: El que avisa, no es traidor (aunque esta sea otra de mis virtudes).

Friki night

Puede parecer surrealista y realmente lo es. Esto es lo que pasa cuando un grupo de amigos que pasan de los 30 (la mayoría ampliamente) se reunen para una cena que aspira a ser despedida de soltero light. No hay que decir que M., L. y yo misma asistimos al acto solamente como espectadoras (sería un gran desperdicio dejar sin cubrir uno de los eventos del año).

- "Soy adicto a la belleza, no al sexo". Pepiño Ricard. (11.30 horas). Sin duda, el titular de la noche. Primero, porque el vino aún no había hecho efecto (ser así por naturaleza merece un titular). Segundo, por salir de la acusación de 'obseso' de una forma tan elegante.

- "Marina, estás para mojar". J. M. Miramontes (1 minuto después). Ante tanta galantería, sobran las palabras.

- "Me llevo las tetas a casa". Santi (12.15 horas). Y se las llevó puestas.

- "Pues el huevo está bueno". M. (12.25 horas)
- "Y la teta también". Nico (1 segundo después) Ni que decir tiene que fue una de las conversaciones más normales de la noche.

- "Que te ha pillao, que te ha pillao, que te ha pillao, el carrito del helao". Canción popular (by Miramontes). (¿¿¡¡??!!) Todavía hoy no lo cojo.

- "Si así tratas a tu mujer, bienvenido sea el matrimonio". Nico (a Miguel sirviendo la tarta). Por el bien de M., ¡no te animes!

-"Miguel de Seoane, el Señor de los Planillos". Nico (00.36 horas). ¡Estaba sembrado!

- "Pipiño, ameniza". Marina desatada (01.05 horas). A estas alturas, las dos cañas y la copa de vino hizo salir a la fiera que lleva dentro.

-"Mei dei a base". Nico, con el pan en forma de polla castrado (01.10 horas). ¡Es lo que hay!

- "Chelo, perdónale, que no sabe lo que hace". Nico, hablando por teléfono con Chelo. No la conocemos, pero estamos convencidas de que es "una gran mujer" (y con una paciencia que jová macho)

- "Canta la de Manolito El Pescador". Marina afectada (refiriéndose a Paquito El Chocolatero). No sé si tomó chupitos, pero debería haberlos evitado.

Esta reportera abandonó el campo de batalla antes de tiempo, pero creo que este "diálogo" da cuenta a la perfección de cómo fue esta gran noche en la que "nos lo pasamos teta".

20 abril 2006

El cielo de Madrid


Nos pasa a todos. Vemos como nuestra vida cambia sin aparente motivo, como nos separamos de los que creíamos que eran los nuestros y nos acercamos a gentes a las que hasta ese mismo momento ni nos atreveríamos a mirar. Sueños que se esfuman, promesas incumplidas, éxitos que se igualan a fracasos... Leo la historia de Carlos. La historia de un hombre común, que llega a Madrid buscando ser feliz bajo su inmenso cielo. Y sigo sus relaciones y sus rupturas, una amistad que se alimenta únicamente de recuerdos, una pasión convertida en yugo...
No me gusta su estilo. Ni esas reiteraciones, ni vueltas atrás. A veces incluso me evado de las líneas que tengo ante mí y dejo de lado la historia. Llegó a mí como tantas otras. Al sentirme extrañamente atraída por esa portada con edificios cobrizos oculta entre montañas de libros. Pero es mi historia. La de todos. Un viaje a través de la vida y de sus etapas. La constatación de que nos hacemos mayores, de que no se puede recuperar lo ya vivido, de que algunos amigos no son para siempre, de que las necesidades, y los tiempos, cambian de forman irremediable. Y te descubres a ti mismo, bajo un cielo parecido al de Madrid, compartiendo experiencias en bares iguales pero con otros nombres, en círculos distintos pero semejantes, y sientes que eres tú el que experimenta sus indecisiones, el que sufre sus crisis, el que padece sus desengaños... Porque tú también lo has vivido, lo estás viviendo o lo vas a vivir. Porque es ficción, porque se refiere a otras personas que vivien otras vidas, porque es una reflexión ajena a ti y, sin embargo, tú has pensado eso, lo has oído, lo has sentido. Porque es tu realidad, pero en la boca y en la piel de otros.

17 abril 2006

Mis 'No Soporto'

Creo que en esta lista me va a quedar algo (probablemente muchos 'alguien' fuera) pero intentaré agrupar y reducir lo máximo posible. Ahí van:

1. Que me digan lo que tengo que decir o hacer. Sobre todo, si no pido opinión o consejo. Y, por extensión, que intenten cambiarme. Yo soy como soy, y punto. Con mis cosas buenas y con mis cosas malas. Si gusto bien, y si no, a achantar.

2. Tener que dar explicaciones. Ni cuando entro, ni cuando salgo, ni a dónde voy, ni qué voy a hacer. Y lo odio especialmente cuando yo tengo que excusarme por todo mientras los demás pueden hacer siempre lo que les dé la gana.

3. Los gritos. No soporto que me hablen a gritos ni que griten a mi alrededor. Y ya no solo en el trabajo (que es como el pan nuestro de cada día, menos cuando se va de vacaciones) sino en cualquier conversación. Y esto teniendo en cuanta que la mitad de mis amigas tienen el tono más alto de la escala.

4. Esperar. Sobre todo si tengo que hacerlo sola. Y, por increíble que parezca, prefiero hacerlo tirada en la calle que en cualquier sitio. Me agobia tener que entrar en un lugar y que no haya nadie. Nunca sé qué hacer. Situación que se deriva, probablemente, de mi excesivo sentido del ridículo.

5. La estupidez, las tonterías, los malos modos. ¿No puede la gente ser normal? Odio que la gente se haga la graciosa sin tener ni puta gracia. Que no se sepa diferenciar cuándo se está de broma y cuándo en serio. Y que pretendan que me haga gracia o que acepte comportamientos ridículos y que no vienen al caso. De ahí, que todo el mundo diga que soy una borde.

Listo. Ahí van mis cinco principales 'no soporto'. Por supuesto hay más, pero estos son los 5 que más afectan a mi vida diaria. No me gusta que me mientan, ni que me engañen, ni que me oculten cosas, ni dar la callada por respuesta, ni tener que hacer cosas que no quiero... Pero bueno, eso ya lo ireis descubriendo.

Agradecimientos (IV)

En este "cuarto CD" el librillo se amplía, ya que incluye a todos aquellos que, de alguna manera, han contribuido, por un instante, a hacerme feliz.
A Bety, como siempre, por todo (por ser la mejor copiloto, la mejor pincha, la mejor compañera de habitación y la persona ideal para comer mi parte del marisco de la paella).
A Paula, esta vez no solo por su casa (especialmente por su baño), sino también por la de sus amigas y ser el complemento perfecto en esta nueva aventura.
A los apóstoles o picapiedra (Pedro y Pablo), por los buenos ratos.
Al hotel Magistral, por todas las cosas que nos llevamos.
A Fernando Alonso, por ser tan sólo de papel.
Al camarero guapo, por invitarnos a los chupitos.
A los que odian las faltas de ortografía, jo tía, al que come como si fuese la rueda de un molino y a la muñeca con la toalla de bidé en la cabeza, por las risas.
A Asturias, por ser tan bonita (y tener esas pedazo carreteras).
A Belén, por ser amiga de Paula y acoger a tres perdidas en su pedazo casa.
Al Roxón, por los klínex, el botiquín y el martillo antinaufragio.
A Sara y Óscar, por demostrarnos como tiene que ser una pareja.
A la catedral de Lugo, por bailar conmigo a las 6 de la mañana.
A Otero Pedrayo y Uxío Novoneyra, por dejarse fotografiar con nosotras.
Al del 24 horas, por los donuts y las cañas de chocolate.
A Carre, por la ensaladilla.
A C-5900 AY, por aguantar hasta el final.
A Montero, por llevar tan bien ser nuestro unicornio azul preferido (y el mejor novio de Bety).
A Javi, por ser el mejor Michael Jackson del mundo (con permiso de Nico).
A Jota, por poner un poco de sentido común en este grupo.
A Suso, por ser, simplemente, el mejor.
A Fran, por instruirnos en la historia de Canarias y ayudarnos a ganar al trivial.
A Roi, por entrar en mi vida.
Al Cerillo, por pinchar tan sumamente mal.
A Marta, Laura y Rosabel, por ser las mejores compañeras de trabajo (además de grandes amigas).
A Nico, por ser nuestro preferido.
Y a ese pedazo 'culis monumentalis', por chantarse en medio de Oviedo con un par de pelotas.