29 enero 2006

Lecturas

"¿Qué es el tiempo? El tiempo es cada arruga del rostro, la amargura de la sonrisa, el cansancio de la mirada, la sensación de que ya se ha vivido bastante y que hay que acabar."

Manuel Vicent
"Verás el cielo abierto"

28 enero 2006

Mis hábitos

Laura me ha liado para que escriba en una entrada mis cinco hábitos-manías, siguiendo una inmensa y laberíntica cadena venida desde Barcelona, que me obliga a descubrir mi lado oscuro, jajajaja.
Ya le dije que no tengo excesivas manías (en este aspecto, muy lejos de ella). En todo caso, ahí van:

1. Soy cabezota, escesivamente cabezota. Y aunque suelo reconocer mis equivocaciones, lo retardo lo máximo posible, especialmente si es con mi familia.

2. Salir de casa y mirar automáticamente si llevo las llaves (por favor, Rebeca, acabas de cerrar con ellas) y el móvil (y pensar que durante tanto años fue inmensamente prescindible)

3. Coger el coche solamente para lo imprescindible (menos en Noia, que lo cojo hasta para ir al baño). Y aprovechar las largas caminatas para darle vueltas a la cabeza, igual que cuando me meto en cama y soy incapaz de dormirme. Así que ya sabeis, cuando voy por la calle y parece que hablo sola, es que estoy pensando. Y si no te saludo, no es porque me caigas mal (que a lo mejor sí), sino porque voy pensando. (Leer esto me hace ser consciente que pensar es negativo).

4. Escuchar cuatro conversaciones a la vez. Y no es que sea una manía, es algo innato. De verdad, no puedo evitarlo. Pongo la antena y las conversaciones vienen a mí. De hecho, incluso hay ocasiones en las que puedo intervenir en todas a la vez.

5. Tocarme la cara y morderme las uñas y los labios. Siempre necesito tener algo en las manos, aunque no esté nerviosa. Lo de las uñas es un hábito adquirido desde muy pequeña y es algo totalmente imposible de dejar (esperemos que no hagan una ley que lo prohiba) y lo de los labios (que incluye la parte interna de la boca) supongo que es a consecuencia de no tener uñas o de estar todo el día tecleando.

Bueno, pues ya está, conseguido. Me llevó menos de lo que pensaba pero aún así me sigo reafirmando en mi convencimiento de que no soy maniática.

15 enero 2006

Fin de un ciclo

Se acabó.
La desaparición de uno de los símbolos más claros de la infancia y adolescencia cierra definitivamente una etapa de esta vida. La verja roja se cerró hoy por última vez. Los nuevos tiempos afectan a todos, y no siempre para bien.
Tardes enteras en sus bancos rojos, delante de las pantallas, sentada en sus maceteros, largas esperas en su puerta. Lugar de encuentro, de reencuentro, de despedidas, de nacimiento de amistades, de odios, de enfrentamientos y de rupturas. Una época que hace años que pasó pero que pervivía entre sus paredes, en sus suelos desgastados, en las marcas talladas en sus maderas...
La sala cerró y, con ella, un ciclo.

13 enero 2006

Bandazos

Ni un solo acierto. Meses dando bandazos. Sin encontrar mi sitio. Decisiones erróneas, equivocadas, incluso sin sentido. Arriesgar para nada. Erigirme como el gran animal que tropieza más de dos veces y de tres y de cuatro con la misma piedra. Ni siendo yo ni dejando de serlo. Quiero tener las ideas claras. Quiero saber por dónde voy y a dónde voy. Quiero dejar de arrepentirme por todo. Quiero encontrarle el sentido a todo lo que hago, a todo lo que pienso, a todo lo que creo. Quiero meterme en cama sin necesidad de que mi cabeza empiece a dar vueltas y me mantenga desvelada hasta altas horas de la madrugada. Necesito un cambio. Necesito respirar. Necesito... no sé lo que necesito pero tengo que encontarlo ya. Antes de que me siga desgastando y atormentando con ideas que no llevan a nada. Tengo que encontrar la luz. Y no la del final del túnel.

05 enero 2006

Propósitos

Como quería empezar el año con una entrada que no fuera triste, he decidido hacer lo que nunca hago: los propósitos de año nuevo. Dejando claro que lo de apuntarme al gimnasio no va a ser y que tampoco voy a dejar de fumar. Ahí van:
1. Reirme más de las cosas, aunque alguna gente me lo ponga difícil.
2. Pasarme menos horas en este zulo (que total sólo me pagan cuatro, jaja).
3. Gastarme la poca pasta que gano.
4. Salir más y disfrutar más de la vida.
5. Pasar todavía más de lo que piense/diga/opine/sugiera/critique la gente.
6. Rodearme sólo de mis amigas/os y obviar a los demás.
7. Viajar, aunque sea al campus norte o a Portosín.
8. Preocuparme un poco más por mí misma, que me tengo un poco-bastante abandonada.
9. Decir todavía más lo que pienso.
10. Ser yo misma.

Como normalmente todos estos propósitos no se cumplen, especialmente yo que me conozco (exceptuando lo de gastarme la pasta), me conformaré con sobrevivir en esta jungla e intentar ser feliz.
FELIZ 2006