10 agosto 2008

Injusticia

INJUSTICIA. Esta es la única palabra que ocupa mi cabeza desde hace 36 horas. Desde que una mañana la vida te despierta para arrojarte un jarro de agua fría. Para hundirte en lo más hondo de la existencia, para adentrarte en un agujero negro del que no hay salida. Es increíble como somos capaces de seguir viviendo, ignorantes de lo que pasa a nuestro alrededor. Hasta que la casualidad, la mala suerte o simplemente la realidad te abre los ojos y te arroja al vacío. Y te arranca una parte de ti. Y, más que nunca, te encuentras solo y a la deriva. Hay cosas que nunca deberían pasar en esta vida. Hay sentimientos que nunca deberíamos experimentar. Hay situaciones que nunca deberíamos vivir. Y sin embargo, ahí están. Para demostrarte que tú no mandas nada, no decides nada y no sabes absolutamente nada. Que da igual que seas bueno o malo, que sueñes con un futuro o simplemente te dejes llevar, que ansies vivir más que nadie o prefieras dejarte morir. Todo da igual. Porque una mañana radiante y de sol, una palabra, un foto y unas líneas te dejan helado, seco, sin aliento. Y los recuerdos se agolpan. Y las lágrimas brotan. Y nada de lo que hagas, pienses o desees podrá cambiar absolutamente nada. Y entonces descubres que las personas que tienes al lado quizás no sean las que más te importan. Y que hay gente que te llega y que forman parte de tu vida en el más absoluto silencio y la más lejana distancia. Y entonces algo te oprime la garganta y te cierra la boca del estómago. Y sube hasta tu cerebro para encapotarlo de asombro, dudas, incertidumbre y desconcierto. Y te das cuenta del poder de una llamada y de la ansiedad que provoca un teléfono que no responde. Y ya no crees en la suerte, no confías en el destino. Y sabes que no debió de ser así, que a él no debería haberle pasado. A él no. Y entonces eres aún más insignificante y te das cuenta de todo es absolutamente injusto. Que el mundo es injusto, la vida es injusta y la muerte todavía lo es más.

08 agosto 2008

The Candi's girls

Fue el acontecimiento de la semana, del mes e incluso del año. No, no me refiero a la boda en Meirás, que podía ser, sino la pedazo cena que la gran anfitriona Ch. nos preparó el jueves night. (Ni que decir tiene que si fuera ella la que se presenta al programa de Antena 3, se llevaría el premio de calle)
No hubo galegos na lúa, ni pinacotecas, aunque el gato Félix (Caneda said) volvió a resurgir de sus cenizas. La noche prometía y no defraudó, especialmente por el descubrimiento del 'hit' del verano: las 'cenicitas' de Candi que, además de encantar a M., nos convirtió automaticamente en Candi's fanes. Comimos, bebimos y sobre todo, habemus nombre, que ya nos rima con el apellido y nos va ideal para ir a La Salle y veranear en Sanxenxo. Acuñamos un nuevo nombre para el superdotado del verano: ¡Viva Joselito!, y un nuevo calificativo para una incondicional: pailaroca.
Y a falta de nuevas teorías, recordamos las viejas, y Ch. nos dejó un par de perlas para recordar:

- "La elegancia en Galicia es Anxela Bugallo. Yo ya me ca go" (00:00h, tras dos Limonchelos)
- "Donde haya unha polla, que se quite una neurona" (01:00h, tras tres Limonchelos y los restos de las demás).
En fin, que fue una noche, como siempre, ideal.

07 agosto 2008

Cena de chicas

Vuelven las teorías de Ch., las pinacotecas de Caneda, o galego na lúa de C., el suje de M., la cona de R.... vuelve LAS CENAS DE CHICAS