"Qué fácil es marcharse,
qué fácil es decir adiós,
qué fácil es dejarlo todo,
pero que difícil es decir David Jaseljof"
O Tonecho
Sé que va con más de una semana de retraso, pero entre la mala ostia y el 25 de julio, la entrada más esperada del verano ha tenido que retrasarse hasta hoy. Ahí va, la crónica de un fracaso anunciado ou Despedida de Pili Pousada.
Por si la ensalada de bogavante, las fuentes de percebes, el pulpo con almejas y la carne á pedra podía saber a poco, nuestro "querido" (no tomarse esto al pie de la letra) anfitrión 'Nachoman' nos preparó un show que no tiene nada que envidarle al Luar del Gayoso. La noche prometía cuando nuestra querida Ch. ¡ay! casi se desmaya a la puerta del restaurante al ver a uno de nuestro gentleman preferido: Agrelo, grelo al lado de un Ignacio que se trajo el pijama ya puesto. Pero para caras la de Pili mientras Tonecho, sin su amigo del casco, pronunciaba el discurso de despedida que no dio Caetano que, una vez más se escaqueó. Lo cierto es que nos reimos, cantamos "el carrito del helao", comimos (unos más que otros y si no que se lo digan al fondo sur) y Miramontes prometió al populacho proporcionarle la fórmula mágica para hacer niñas. La noche más friki del universo friki estaba siendo tan tremendamente friki que le pusimos la guinda friki con una foto de familia en la que no faltó ni el niño Sotelo (guau que guapo soy y que coche tengo). Fue una noche tan chuli, jo va macho, que no faltó ni el debate sobre la interesante vida de un gran empresario compostelano que, de la noche a la mañana, pasó de ser conocido por ser el hombre que más audis vende por metro cuadrado y que pone más publicidad en nuestras páginas (siendo tan íntimo de Ignacio que hasta le enseña los mensajes de las personas con las que folla, cómo es que nunca he visto un anuncio de su concesionario en nuestro querido GH?) a ser el novio de la hija de que ya no se come un rosco como periodista. Y es que ya se sabe que estas cenas dan para mucho.
PD. Siento no poder aportar fotos del evento pero probablemente las imágenes hayan ido a parar a un enorme agujero negro al que se accede mediante el botón 'papelera' de la cámara fotográfica digital.
(Y después de estas pequeñas pinceladas, supongo que a nadie le estraña a que nuestra querida (esto tampoco os lo tomeis en serio) Pili, convertida ya en lady Portass, tuviera que emborracharse a base de cañas antes de entrar en el restaurante "por lo que pudiera venir" y que se fuera antes de acabar el evento (por cierto, organizado en su honor) al quedar su elegancia gravemente dañada con esta congregación de frikis, antes llamados amigos)